Intentas seguir una línea recta como cuando eres pequeña y quieres andar por los bordillos de las aceras pero esta vez no hay nadie que te de la mano para no caerte sino gente que lo único que hace es empujarte de un lado a otro. Mientras todo el mundo sabe que hacer con su vida aquí estoy yo, mas perdida que un tonto solo por no saber tomar decisiones, o por tener miedo a tomarlas quien sabe. Vas aprendiendo que no se puede vivir de una simple ilusión de un día y te das cuenta de que poco a poco todo aquello por lo que luchas va subiendo tanto que hasta a ti te parece imposible conseguirlo. De cada caída se aprende y después de cada lágrima puede venir una de las mejores sonrisas. Todo esto es por echar de menos, por ser una puta dependiente.
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