sábado, 5 de octubre de 2019

corazón de cristal

Últimamente siento como todo me afecta más de lo normal, como todo duele aunque vaya sin esa intención y como todo jode sin que nadie lo haya planeado. No me gusta ser yo, aunque toda la gente se empeñe en decirme lo buena, bonita y buena persona que soy. Me revienta sentir de esta manera que me hace pensar en los demás mucho antes que en mí y que cuando lo hago siento que soy una persona muy egoísta que no hace más que daño.

No puedo tirar más de una cuerda que me esta reventando las manos, no puedo parar de dar vueltas a como van a ser las cosas dependiendo de cada decisión que tome. Y sí, odio también tomar decisiones. Llevo un tiempo en el que haga lo que haga está mal, para quien sea, incluso para mí. Intento estar para todos incluso cuando nadie ha intentado estar para mí y eso solo consigue que me sienta aún peor.

Estoy cansada de sonreír porque toca y que todos se lo crean, estoy cansada de hacerme la fuerte y romperme a llorar por dentro, me siento de cristal y tengo mucho miedo de romperme y que nadie me sepa reconstruir porque es tarde ya para encontrar las piezas.

No sé que he hecho mal para estar así, sé que nadie puede entrar dentro de mí y entenderme nada más que yo y creo que estoy en ese punto en el que ni yo misma me entiendo.

Simplemente necesitaba soltarlo.

jueves, 24 de enero de 2019

escondida

Existe gente que te esconde o o que ellos mismos viven escondidos. He tenido la suerte de conocer a una persona que durante un par de años ha vivido escondido o encerrado en sí mismo, sin contar con nadie más que sus dudas infinitas, sus ganas de olvidar el pasado y de querer mirar hacia el futuro. Yo hace mucho tiempo también me sentí así. Pero quizá no es tan malo querer vivir así si te abres de vez en cuando. No creo que vivir de una manera u otra nos haga ser mejores o peores, incluso no creo que distintos, al final todos necesitamos una dosis fuerte de cariño y mimos mezclada con un poquito de atención. He aprendido a entrar en un caparazón y creo que me he hecho un hueco, al menos para poder estar lo suficientemente cómoda como para que me dejen quedarme.

Ojalá algún día no exista la necesidad de esconderse y que todos seamos capaces de ser y fluir, mientras tanto quiero seguir cuidando de la gente que me cuida, a su manera pero que me hace estar cómoda también en mi pequeño caparazón.