miércoles, 2 de abril de 2014

De subidas y bajadas va la cosa a todo trapo.

Vuelven las presiones en el pecho y las ganas tremendas de llorar sin razones suficientes como para poder contárselo a alguien sin que te llame gilipollas a la cara. No sé porque me ahogo en un vaso de agua cuando ni si quiera esta medio lleno y encima no soy capaz ni de saber el porque. Me meto en líos que no me quedan grandes sino enormes, porque lo único que no soporto es el no saber que hacer por encima de todas las cosas. Creo que nunca me acostumbrare a vivir conmigo misma y eso que llevo ya casi dieciocho años de experiencia a las espaldas y solo sé a ciencia cierta que cuando la vista se me empieza a empañar ya me puedo preparar porque la rallada y la mierda que va a empezar a pasar por mi cabeza va a ser buena. Ahora como cada vez que me pongo a pensar de mas solo me queda coger mucho mucho aire, respirar y empezar a reír como única forma de escape. Me odio cuando me pongo así, no sabéis cuanto.