Sensaciones que llegan y no te dejan respirar.

Levantarse con el pie izquierdo parece que se ha convertido en una costumbre, y que aunque lo intentes, todo acabe saliendo al revés, como ley de vida. Esa impotencia que llega cuando algo ves lo contrario que esperabas, esas ganas tremendas que te entran de llorar, solo porque sabes que habías luchado para no llegar a nada. Te replanteas que haces, para que, y porque si no sirve de nada, hemos vuelto a caer en la misma mierda de todos los días, y solo sabes que como siempre, va a ir para largo. Ves esas ilusiones perdidas, esas ganas de querer y no poder, buscas para no encontrar un nuevo sentido a lo que se podía llamar vida, decepcionas a la gente por donde vas, y al  final te das cuenta que esto no es por culpa de una mala noche.