martes, 30 de julio de 2013

Que nada sea circunstancial.

El mundo se convierte en una simple coincidencia, en el que algo que hicimos nos hace ser como somos ahora, por suerte para algunos, por desgracia para otros. Acabamos girando en un continuo querer pero que pocas veces se convierte en un poder, quizás por miedo, o a saber. No sabemos lo que cuenta hasta que lo perdemos, pero tampoco creemos en los 'para siempre' porque pocas veces se cumplen, buscamos algo que nos llene, pero cuando lo tenemos delante lo esquivamos, hasta que desaparece. Hacemos que la gente nos importe porque creemos que nosotros también importamos a los demás y sin embargo, cuando podemos dejamos todo nuestro pasado atrás, con todas las circunstancias. Buscamos avanzar, respirar sin miedo, no bajar la vista, pudimos ser, y ahora nos convertimos en nada mas que una circunstancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario